Sigfried78's Blog

Viernes, ultimo día de la semana y salía pronto del trabajo. Tenía el coche cerca y el regalito comprado en el maletero. Era un viaje que deseaba hacer desde hacia mucho tiempo, muchas charlas, muchos besos y nunca había pasado nada. Pero en el fondo los dos deseábamos estar juntos de esa manera. Cuando llegue a su casa nos fundimos en un largo y apasionado beso.

Poco a poco fuimos quitándonos la ropa y nos tumbamos en el sofá, recorrí su cuerpo con mi boca, baje poco a poco por su cuello llegue a sus pechos y me detuve en sus pezones un rato, mordiéndolos, chupándolos, primero uno luego el otro mientras ella me acariciaba el pelo y me rodeaba con sus piernas para tratar de impedirme bajar mas allá. No le sirvió de mucho, seguí bajando, me entretuve un rato en su ombligo y después metí mi cabeza entre sus piernas, estaba muy excitada y eso se notaba, poco a poco comencé a jugar con su clítoris a la vez que introducía mis dedos en su sexo, primero uno, después dos y después mi lengua, entraba y salía de ella y seguía jugando con su clítoris, una y otra vez, lametones, mordisquitos, y mis dedos. Ella se retorcía mientras me llamaba golfo, y me decía que siguiese. Poco a poco su respiración se agitaba más y más, y yo no podía esperar, me puse encima de ella y la penetre lentamente, mi excitación era palpable, estaba totalmente empalmado. Realmente ella me excitaba como nadie lo había hecho. Una y otra vez entraba y salía de ella, estaba disfrutando como hacia mucho tiempo que no lo hacia.

Estábamos en una posición extraña al estar en el sofá y decidimos ir a la cama, una vez allí volví a jugar con ella un poco más, metí nuevamente mi cabeza entre sus piernas y mi lengua en su sexo. Ella me cogió del pelo y me pidió que parase, entonces me puse encima de ella, y me quito de encima para ponerse ella a jugar un poco conmigo. Se introdujo mi aparato en su boca y me lamió, mordió y chupo de una manera en la que no me lo habían hecho en la vida. Después se sentó encima de mí y se introdujo mi pene. Me cabalgo durante un buen rato, hasta que la cogí por la cintura y la acerque hacia mi, nos besamos mientras cambiamos de posición y me puse encima. Mi ritmo iba poco a poco más rápido, la penetraba una y otra vez, mientras la mordía el cuello, y acariciaba sus pezones. Poco a poco más y más rápido, poco a poco más y más salvaje, hasta corrernos.

Realmente, viajar a Madrid, para estar con una amiga, de esta manera es lo mejor que hay en el mundo.