Sigfried78's Blog

Por fin llego el día, hacia semanas que nos habían dado nuestra casa, pero no pudimos estrenarla juntos.

Ella estaba de viaje, con su jefa. Era un negocio importante y el viaje fue repentino.

Me había esforzado durante esas semanas en su ausencia en ordenar la casa y dejarla perfecta para su regreso. Por fin empezaríamos nuestra vida juntos, atrás quedaban las dudas y las despedidas a medias en su portal.

Estábamos deseando vivir juntos y por fin se harían realidad nuestros deseos.

Yo esperaba en el aeropuerto la llegada de su avión, ella, desde luego, no me esperaba, me había encargado de que creyera que no podía ir a recogerla por culpa de mi trabajo.

Era viernes y tendríamos todo el fin de semana para retomar nuestra relación de la mejor manera en nuestra casa. Había dejado una sorpresa en casa, esperando a nuestra llegada.

En cuanto la observé aparecer en el aeropuerto comencé a sonreír. Y cuando ella me vio, su cara era una mezcla de sorpresa y felicidad, soltó la maleta y me abrazo. Después de dos semanas volvía a tenerla entre mis brazos, la mire y la bese. Fue un beso apasionado entre dos personas que se aman de verdad. Un beso que duro un instante, pero intenso y lleno de pasión.

Recogimos su maleta y nos fuimos al coche. Al llegar a casa deje que abriera la puerta, con su juego de llaves y su llavero de Bob esponja.

Cuando abrió y miro al interior su reacción fue darme un beso. Me dijo que me quería y con lágrimas en sus ojos entro a casa.

La sorpresa había funcionado, la entrada y el pasillo de la casa estaba repleto de velas, en el salón un candelabro con velas alumbraba la mesa que nos esperaba para una cena romántica. Pero la sorpresa no acababa ahí, las velas continuaban por el pasillo marcando una dirección, el cuarto de baño. Dentro las velas rodeaban la bañera llena de agua con pétalos de rosas y sales de baño en su interior, un baño para estrenar nuestro fantástico inicio en nuestra casa.

Ella estaba sin palabras, pero muy ilusionada, su expresión lo decía todo, nos desnudamos y nos metimos en la bañera, ella se puso delante de mí de espaldas a mí. Comencé a darle un suave masaje por su espalda y sus hombros. Poco a poco ella se fue relajando dentro del agua caliente y el efecto burbujeante de las sales.

La abrace y comencé a besarla el cuello, lenta y suavemente, mientras con mis manos acariciaba sus pechos.

Ella se dejaba hacer, dejaba que la amase y yo solo quería amarla.

Mientras seguía besándola por el cuello deslice una de mis manos hacia su sexo, lentamente llegue a mi destino y ella me facilito la tarea abriendo sus piernas, comencé a masturbarla, primero rodeando su clítoris lentamente, después acelerando un poco el ritmo, ella ladeo la cabeza y nos fundimos en un beso, nuestras lenguas jugaban la una con la otra, como si nunca lo hubiesen hecho con anterioridad.

Mientras nos besábamos introduje uno de mis dedos en ella, lentamente fui aumentando el ritmo de mis movimientos, para darle mas placer. Ella emitía ligeros gemidos de placer, y con una de sus manos agarro mi miembro eréctil y comenzó a masturbarme.

Poco a poco el placer iba aumentando, ella me soltó y se giro.

Entonces lentamente se coloco encima de mí y pude penetrarla, ella movía su cuerpo lentamente, mientras sonreía y me rodeaba totalmente con sus piernas y sus brazos. Nuevamente nos besamos, mientras el ritmo de nuestros cuerpos aumentaba un poco mas cada vez, nos dejamos llevar por nuestra pasión y una y otra vez nuestros movimientos nos llevaban al placer. Cada movimiento era acompasado, entraba y salía de ella cada vez más y más fuerte, hasta que llegamos al final.

Justo en ese momento, nos besamos nuevamente.

Entonces salí del agua, la levante en mis brazos, la lleve a nuestra cama y le dije:

- Y ahora haremos el amor!!

Si esto no es la felicidad, nada lo es. Evidentemente esa noche no cenamos…