M4lky's Blog

M4lky

689

Ana y la ermita

Había recibido un mensaje para visitar una antigua ermita en un pueblo del sur. De joven había estudiado arte y me gustaba visitar estos rincones. Al llegar a la puerta te encuentre sentada en la escalinata.

Estabas preciosa, con un vestido negro corto y unos zapatos de tacón. No era el atuendo más de turista que había visto en mi vida, pero algo me decía que no era turismo convencional lo que nos había llevado allí. Me paré a tu lado y no pude hablar, solo miré tus piernas y tu cara que me dijo "no vas a olvidar esta visita".

Lo revivo en mi mente como si volviese a ocurrir. Cierro los ojos y lo vuelvo vivir:

Te levantas y me coges de la mano, me haces pasar y cierras la valla con el candado. Me haces pasar por la sacristía y llegamos hasta una capilla pequeñita por la que entra un rayo de luz por uno de los pequeños ventanucos

Te ayudas de una pequeña banqueta para subirte a la pequeña mesa de mármol destinada a dar la homilía

La luz justo incide en ti, haciendo que luzcas más espectacular que nunca

Abres las piernas, y no llevas ropa interior, tu sexo brilla para mi y no hace falta que digas lo que quieres que haga para ti. Te cojo las piernas y tus zapatos quedan en mi espalda mientras mis manos abren tus muslos para que mi boca pueda tener acceso completo a tu sexo

Mi lengua recorre toda tu entrepierna. Empieza desde tu ano y llega hasta el clítoris, donde se para para dar círculos y golpearlo suavemente. El dedo meñique de mi mano izquierda se humedece dentro de tu vagina y luego se mete poco a poco por tu culo, mientras el dedo índice de mi derecha ocupa su lugar en tu sexo... primero solo, luego acompañado del corazón cuando crece la humedad

Tu golpeas como tus zapatos en mi espalda como si fueses una amazona pidiendo a su caballo que aumente el ritmo.

Mi boca juega con tu clítoris, lo atrapo con mis labios, lo absorbo, lo chupo, lo lamo y lo mordisqueo con cuidado provocando que suba tu respiración y que no puedas esconder los gemidos... mientras mi dedos te penetran cada vez más profundo y más rápido

Hasta que al final, el "oh, dios mío" más profundo que han oído las viejas paredes de la ermita anuncien un espectacular orgasmo, donde tu espalda se arquea y yo tengo que agarrarme fuerte a tu cintura para no caer al suelo y recibir tus espasmos en mi boca...

Comment posted successfully.