M4lky's Blog

M4lky

585

Aceite (Parte I)

… tumbada en la camilla y completamente relajada, por fin había podido desconectar del ritmo frenético de la vida en Madrid. Con los ojos cerradas y completamente desnuda, solo una toalla minúscula cubría sus nalgas en aquella pequeña y oscura habitación. Olía a incienso y la música era muy suave. Las velas y los efectos de las paredes le daban calidez.

Era el final perfecto para aquella tarde. Bocabajo podía recordar como su cuerpo entró en shock cuando la obligaron a entrar en la primera piscina fría; sus pezones se erizaron como hacía tiempo no recordaba.

Luego pasó a la piscina y de allí, de esa agua caliente no hubiera querido salir. Se recorrió dos veces todos los chorros y dejó que el agua golpeara su cuerpo a veces con violencia hasta ponerse colorada. Al jacuzzi solo le faltó una copa y en la sauna llegó a dar una cabezada.

Libre, con la mente en blanco, seguía disfrutando de aquel oasis de paz.

Entro su masajista y comenzó a aplicar aceite por su espalda. Le hizo cosquillas que estuviera tan frío pero sus manos hicieron que al extenderse fuera entrando en calor. Aquella tortura era un castigo al que se sometería más a menudo si pudiera. Aquellas manos estiraban su piel y la recorrían desde el cuello hasta su cintura, con las yemas, con los nudillos… seguro que podría haber estado allí tumbada durante horas…

Más aceite por sus piernas y comenzó a notar aquellas manos en sus gemelos, luego en sus muslos, se aplicó con brío… y notó como esas manos aceitadas cada vez estaban masajeando más arriba en el muslo, más debajo de su toalla, más cerca de su…

Inconscientemente fue abriendo sus piernas hasta el máximo que daba la camilla, suspiraba porque se sentía atacada pero deseaba que aquel masaje llegara más arriba cada vez; hasta que noto el primer roce de aquella mano resbaladiza recorriendo con suavidad todo el borde de sus sexo, como casi sin tocarlo, pero lo suficiente para que cerrara más los ojos y apretara los labios.

Tras tres o cuatro roces más, noto como perdió la toalla y esas manos resbaladizas magrearon todo su culo para luego volver a acariciar su sexo. Escandalosamente dentro y sin reparos, violando su intimidad y sacando a relucir que aquello le estaba gustando. Le gustaba mucho.

Se dejó tocar por donde él quiso, noto como sus manos pasaban de sus nalgas a su vientre y abrían y cerraban su sexo hasta dejar que algún dedo iniciara exploraciones que aún no sabía si quería autorizar. Ella no quería mirar, solo dejarse llevar.

No sabría decir en qué momento los dedos dejaron de ser dedos y pasaron a ser una lengua que recorrió y se hizo dueña de todo el territorio que escondía entre sus piernas. No dejó un rincón, una esquina, un pliegue sin sentir el húmedo calor que desprendía…

… y para cuando notó algo blandito entre los labios de su sexo que apuntaba hacia su interior con clara intención de abrirse paso hasta lo más profundo, ya no tenía ninguna objeción que hacer, solo jadeos y suspiros… y las ganas de que lo hiciera ya. De un golpe. Como una puñalada.

Comment posted successfully.